Hace unos días me fui a Cariló de vacaciones. Un lugar con olor a troncos y hojas, con ese aire fresquito de dan los pinos y el silencio que regalan las calles sin asfalto.
Para llegar tomé un bus que pasaba por varios pueblos. En uno de ellos se subió un vendedor de pan.
Llevaba un canasto de mimbre enorme, tapado con un mantel.
Se paró al costado del primer asiento y con mucha soltura comenzó a hablar, como quien le hablara a un amigo tomando un café.
Vendía pan relleno de diversos gustos “Están recién salidos del horno a leña”.
La gente estaba en la suya.
Lo usual en un autobús: mirando su celular, durmiendo, acomodando algún bolso, mirando su celular, intentando leer un libro que era interrumpido para mirar el celular. Esas cosas.
Pero al levantar el mantel del canasto dijo “Miren el vapor. Amasado con estas manos”. Allí levantamos la mirada para corroborar el aroma.
Olían a pan recién horneado.
Solo alguien que no disfruta de vivir odiaría el olor a pan recién horneado.
“Un pan vale 80 y dos, 100 pesos.” Un juego del precio perfecto.
“Y ahora voy a pasar para que huelan más de cerca. Les aseguro que van a sacar su billetera” dijo entre sonrisas.
Llegar a donde yo estaba le tomó unos 10 minutos porque cada asiento de por medio le compraban.
El invitar a la gente a oler los hacía atravesar por la experiencia de comer un pan recién horneado.
Memoria olfativa: niñez, la casa, la abuela, la madrugada con amigos golpeándole al panadero para que nos venda algo recién salido del horno.
Al llegar a mí, no solo que le compré sino que me puse a comer uno allí mismo.
“¿Cómo está ese pan, amigo?” me preguntó.
“Espectacular” le contesté.
Luego, antes de llegar al fondo dijo “todos los que hayan comprado les pido un favor: aplaudan”
Y, por supuesto, todos aplaudimos.
Y a todo, él le agregó la sonrisa, la conversación descontracturada y la autenticidad.
Se tomaba el tiempo con cada persona, contestaba preguntas, seguía las conversaciones. Conectaba.
Al final, antes de bajar fuimos nosotros los que le dimos las gracias por habernos vendido.
Bien, podés ir a Cariló y esperar que suba el vendedor para que te enseñe más sobre ventas o suscribirte.
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