De las primeras cosas que están en mi discurso cuando hablo con personas que quieren tener más llegada en Facebook: PUBLICÁ CON REGULARIDAD.
Lo digo, lo repito y, creo, es una de las claves más importantes para que tu Fanpage esté con vida.
Pero ¿qué pasa cuándo yo entro a mi Fanpage y veo que hace quince días no posteo nada?
¿Es falta de ganas? No
¿Falta de ideas? Mucho menos
¿Falta de tiempo? Sí.
Pero al contestarme que es por falta de tiempo, me digo a mi mismo “¿En serio es falta de tiempo? ¿será que estoy haciendo un mal uso de mi tiempo? ¿Puede que mis prioridades están desordenadas? ¿no será, en definitiva, que debo reagendar mis prioridades?”
Entonces ahí doy en el clavo: reagendar mis prioridades.
Hasta ahora, mi agenda se basaba en colocar en los primeros días en la semana las tareas de “mayor prioridad”: publicaciones de mis clientes y hacer su customer service. Al final de la semana, jueves y viernes, hacer las planificaciones, informes y armado de tareas para la semana próxima. Incluso, algún sábado y domingo servían para terminar pendientes.
La agenda estaba invadida por los mensajes que produzco para otro. Así, mi Fanpage ha estado vacía casi todo el mes
Entonces ¿cuándo guardaba tiempo para crear mis propios mensajes? Cuando tenía algún hueco.
Y ¿sabés qué? Ese hueco nunca aparecía. Porque siempre había algún urgente que tratar: alguna campaña, alguna corrección, consultas, mails, demandas de último momento.
Es muy fácil dejar de lado mis prioridades y dar paso a las prioridades de otros; porque me miento y me digo que la obligación conmigo puede esperar; pero mi obligación con otro, no.
Creéme, es una gran mentira. Parado en la urgencia nunca hay crecimiento, ni te vas a tomar el tiempo para hacer cosas para vos, ni vas a ser tu prioridad.
La falta de tiempo no existe, solo existe el mal uso que hacemos de él. Incluso, puede que no sea un mal uso, sino una insana gestión de nuestras prioridades.
Al entrar en consciencia de que estaba priorizando urgencias de otros, me vi que tengo varios cursos online que he comprado y están esperando en mi lista de tareas, libros que no se abren en mi biblioteca, letras que esperan aterrizar en el papel, notas de mis viajes que me dicen que es hora de comenzar a escribir mi tercer libro. Tengo paseos por hacer, ideas por materializar y descansos que saldar.
¿Te sentiste alguna vez así? Ese sentir de que estás gastando el tiempo, en vez de vivirlo. Sentir que toda tu agenda tiene nombres de otras personas y el tuyo se pierde allá abajo y nunca lo tildás como “hecho”
¿Cuántas veces por semana llegás a cumplir con las tareas que te asignaste y que tienen que ver directamente contigo?
¿Cuántas veces te sentaste a leer?
¿Qué tan frecuente te acordás de tu cuerpo y saliste a correr, bailar, caminar, o estirar en alguna clase de Yoga?
¿Te detuviste una mañana a escribir, a revisar tus cuentas, a reacomodar tu propuesta de valor?
¿Llamaste a tus padres?
¿Cuánto hace que no le decís a tus amigos “sí, nos juntamos” sin excusas de por medio?
¿Cuándo, por fin, te vas a dar el tiempo para reacomodar tus prioridades? Yo comienzo en este instante, en este momento en que acabo de terminar de escribir esto que acabás de leer.
Si te sirve, a mi me ayudo mucho comprender el Cuadrante de Covey. Aquí hay un link en el que podés comprenderlo de manera muy sencilla.
O también podés leer a Kathya en su post de “Prioridad a la vida”, que cuenta algo parecido a mi y ella se toma la molestia de explicar cómo funciona esta sencilla técnica para detectar dónde están paradas nuestras prioridades.
Y vos ¿Cómo gestionas tus prioridades? ¿Qué es lo que te gustaría cambiar y no has hecho aún?